Periodismo y ciencia

 

Me levanto sorprendido por algunos comentarios en el “facebook” sobre un artículo en el periódico local “Información” de un ensayo clínico que estamos realizando en el hospital (Lentillas para monitorizar el glaucoma), sobre las lentes de contacto “Triggerfish” que monitorizan indirectamente la fluctuación de la presión intraocular (aunque esto no se sabe si es cierto o no, por eso se realizan ensayos clínicos).

Estos comentarios recogen una queja generalizada sobre el tratamiento que dan los medios a determinadas noticias científicas: que si las lentes no miden la PIO, sino su fluctuación… que no miden el diámetro corneal (es cierto, miden los cambios en curvatura)… y otros comentarios relacionados con detalles técnicos que modifican el “rigor científico” del artículo en cuestión.

 

Monitorización de la presión ocular a través de una lentilla con microchip

Lentilla con Microchip para monitorizar la presión ocular que produce el glaucoma

 

Mi primera “sorpresa” es que mis compañeros de profesión “se sorprendan” por el tratamiento que suelen dar los medios a las noticias médicas. El periodista no busca con el artículo la transmisión científica del conocimiento a la comunidad lectora, ni siquiera al colectivo médico. El periodista busca “vender” la noticia, y con ello, vender más periódicos, por ello su enfoque será  más o menos sensacionalista, y el titular busca sorprender a los lectores. Es su trabajo y es su forma de hacerlo. Por ello determinadas noticias médicas suenan a nuestros oídos como “falsas” o bien con “escasa credibilidad “ o “rigor científico”.

Quizá los médicos pecamos de “puristas” en esto de la comunicación (también nos vendrían bien algunas lecciones para mejorar nuestro lenguaje y hacerlo más entendible), pero los periodistas deberían seguir unas pautas que hicieran que la noticia llegara de forma más verídica a los lectores, sobre todo no creando falsas expectativas sobre tratamientos o métodos diagnósticos novedosos.

El periodismo y la ciencia médica deben respetar la veracidad de las pruebas y el rigor de los éxitos, evitando el sensacionalismo.

Periodismo – rigor frente al sensacionalismo – foto cedida por  albertoyoan de CC en Flickr.

Me ha gustado un decálogo publicado por el Prof. Enrique Sueiro en el Diario de Noticias de Pamplona, sobre como conciliar el rigor científico y la divulgación científica, que os resumo aquí:

1.- Conocer las diferencias entre publicación de divulgación y publicación científica.

2.- Aplicar adecuadamente el concepto ‘urgencia’: urgente en periodismo es sinónimo de horas o minutos (para antes de la edición) mientras que el científico tiene otro concepto del tiempo.

3.- Buscar la empatía; ponerse en el lugar del otro, el periodista en el lugar del científico y viceversa.

4.- Reconocer la propia ignorancia: Humildad del periodista para reconocer que lo que él entiende es una pequeña parte de algo mayor y más complejo. También, humildad del docente que desconoce el mundo periodístico.

5.- Asumir que la comunicación no es ciencia exacta: existen muchos ángulos desde los que enfocar un tema, incluso desde una misma perspectiva puede ofrecerse más o menos información (una página, tres líneas o ni una palabra)

6.- Identificar el interés informativo: acercar la teoría del experto a la vida diaria de la gente corriente en un momento determinado.

7.- Usar un lenguaje accesible (evitar el síndrome ‘aserejé’): Se trata, con frecuencia, de simplificar las cosas complicadas y, a veces, no complicar las cosas sencillas. Que unos y otros -sobre todo, los expertos- piensen en el destinatario de esa información: gente corriente.

8.- Lo que para un científico es básico puede resultar novedoso para el público. Conviene huir del síndrome aserejé: algo que suena bien, pero no se entiende o no dice nada.

9.- Aprender y emplear el idioma de forma apropiada: Lo común entre emisor y receptor es el lenguaje, el idioma. De ahí que resulte imprescindible que uno y otro lo conozcan suficientemente y lo empleen de manera correcta.

10.- No dar nada por supuesto: No hay que dar por supuestos determinados conocimientos. La gente ignora lo que el experto conoce y, también, lo que el periodista sabe acerca de lo que cuenta.

Añadiendo al decálogo la recomendación de que rectificar es de sabios: En primer lugar, conviene tomar medidas preventivas que, en el caso de los periodistas, pasan por mejorar su formación, contrastar los datos, verificar las informaciones, calibrar las consecuencias… Si después de estar razonablemente seguros, detectan errores, lo honesto es rectificar.

Sin ánimo de alterar el “rigor científico” de nadie…

¿Crees que los blogs de los profesionales son necesarios para mejorar la información medico-científica?

Un saludo y  hasta el próximo post…

 

 

Un comentario para “Periodismo y ciencia”

  • Los blogs son la esencia del 2.0, y en la actualidad son una parte importante de nuestro aprendizaje informal. Obviamente si quiero mirar algo muy concreto y especificado, voy a un libro. Si busco un resumen o un algoritmo, miro un manual. Pero si a lo mejor busco algún truco, o en qué puedo fallar o las dificultados que me puedo encontrar busco en un blog. Los blogs divulgan información, por supuesto que con rigurosidad, y además de «cocer»…»enriquecen». Pueden enriquecer y aclarar informaciones ambiguas de los medios de comunicación, aunque por desgracia, no todo el mundo recurre a los blogs temático. En fin…es así.

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